lunes, 24 de octubre de 2011

¿Cuáles son los factores de riesgo del cáncer de hígado?



Un factor de riesgo es todo aquello que afecta la probabilidad de que usted padezca una enfermedad, como por ejemplo el cáncer. Los distintos tipos de cáncer tienen diferentes factores de riesgo. Por ejemplo, mientras exponer la piel a la luz solar fuerte es un factor de riesgo del cáncer de piel, el hábito de fumar es un factor de riesgo para varios tipos de cáncer.

Sin embargo, los factores de riesgo no lo indican todo. Presentar uno o incluso varios factores de riesgo no significa que dicha persona tendrá la enfermedad. Además, muchas personas que adquieren la enfermedad pueden no tener factores de riesgo conocidos.

Los científicos han encontrado varios factores de riesgo que hacen que las personas tengan mayores probabilidades de padecer el carcinoma hepatocelular (HCC, por sus siglas en inglés).

Sexo

El carcinoma hepatocelular es muchas veces más común en los hombres que en las mujeres, aunque gran parte de esto se debe probablemente a comportamientos que afectan algunos de los factores de riesgo descritos anteriormente. El subtipo de HCC fibrolamelar ocurre aproximadamente en igual número en ambos sexos.

Raza/grupo étnico

En los Estados Unidos, los asiático-americanos y los isleños del Pacífico tienen las tasas más altas de cáncer de hígado, seguidos por los indios americanos/oriundos de Alaska y los hispanos/latinos, los afroamericanos y los blancos.

Hepatitis viral crónica

A escala mundial, el factor de riesgo más común del cáncer de hígado es la infección crónica (a largo plazo) con el virus de la hepatitis B y el virus de la hepatitis C (HBV y HCV, por sus siglas en inglés). Estas infecciones causan cirrosis del hígado (vea información más adelante) y son las responsables de que el cáncer de hígado sea el tipo de cáncer más común en muchas partes del mundo.

En los Estados Unidos, la infección con hepatitis C es una causa más común de cáncer hepatocelular, mientras que en Asia y en los países en desarrollo, la hepatitis B es más común. Las personas infectadas con ambos virus tienen un riesgo muy alto de contraer hepatitis crónica, cirrosis y cáncer de hígado.

El HBV y el HCV se pueden propagar de persona a persona por compartir agujas contaminadas (entre usuarios de drogas), tener sexo sin protección, o durante el nacimiento. También pueden ser transmitidos a través de transfusiones de sangre, aunque esto ha ocurrido pocas veces en los Estados Unidos desde que se comenzó a realizar pruebas para detectar estos virus en los productos sanguíneos. En los países en desarrollo, los niños algunas veces contraen infecciones de hepatitis B debido al contacto prolongado con familiares que están infectados.

De los dos virus, la infección con HBV es más probable que cause síntomas, como enfermedades parecidas a la gripe, y una pigmentación amarilla de los ojos (ictericia). No obstante, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la infección con HBV dentro de pocos meses. Sólo un porcentaje muy pequeño de adultos se vuelven portadores crónicos (y tienen un riesgo mayor de cáncer de hígado). El riesgo es mayor en los infantes y los niños pequeños que se infectan.

Por otro lado, es menos probable que el HCV cause síntomas. Sin embargo, la mayoría de las personas con HCV contraen infecciones crónicas, las cuales con más probabilidad causan daño hepático o incluso cáncer.

Otros virus también pueden causar hepatitis, tal como el virus de la hepatitis A y el de la hepatitis E. Sin embargo, las personas infectadas con estos virus no contraen hepatitis crónica, ni cirrosis, y tampoco tienen un riesgo aumentado de cáncer de hígado.

Consumo excesivo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol es una causa principal de cirrosis en los Estados Unidos, lo que se asocia con un riesgo aumentado de cáncer de hígado.

Cirrosis

La cirrosis es una enfermedad en la que las células del hígado se han dañado y reemplazado por tejido cicatricial. Las personas con cirrosis tienen un riesgo aumentado de cáncer de hígado. La mayoría (no todas) de las personas que padecen cáncer de hígado ya tienen cierta evidencia de cirrosis.

Existen varias posibles causas para la cirrosis. En los Estados Unidos, la mayoría de los casos ocurre en personas que abusan del alcohol o que tienen infecciones crónicas con HBV o HCV. El hígado graso no debido a consumo de alcohol, una enfermedad en la que las personas que consumen un poco o nada de alcohol desarrollan un hígado graso, es bastante común (a menudo se observa en personas obesas). Las personas con un tipo de esta enfermedad conocida como esteatohepatitis no alcohólica (NASH, por sus siglas en inglés) pueden desarrollar cirrosis.

Ciertos tipos de enfermedades metabólicas hereditarias (vea información más adelante) pueden ocasionar problemas en el hígado, lo que conduce a cirrosis. Algunos tipos de enfermedades autoinmunes que afectan el hígado también pueden causar cirrosis.

Enfermedades metabólicas hereditarias

Ciertas enfermedades metabólicas hereditarias pueden causar cirrosis.

Las personas con hemocromatosis absorben demasiado hierro del alimento que consumen. El hierro se asienta en tejidos por todo el cuerpo, incluyendo el hígado. Si se acumula suficiente hierro en el hígado, puede originarse cirrosis y cáncer de hígado.

Otras enfermedades poco comunes que aumentan el riesgo de cáncer de hígado incluyen:
• Tirosinemia.
• Deficiencia de antitripsina alfa-1.
• Porfiria cutánea tarda.
• Enfermedades del almacenamiento del glucógeno.
• Enfermedad de Wilson.

Diabetes

La diabetes puede aumentar el riesgo de cáncer de hígado, usualmente en los pacientes que también tienen otros factores de riesgo, tales como consumo exagerado de alcohol y/o hepatitis crónica viral.

Obesidad

La obesidad puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de hígado, probablemente debido a que puede causar enfermedad del hígado graso y cirrosis.

Aflatoxinas

Estas sustancias que causan cáncer son producidas por un hongo que contamina al maní, el trigo, la soya, las nueces molidas, el maíz y el arroz. Almacenar estos productos en un ambiente húmedo caliente puede causar el crecimiento de este hongo. Aunque esto puede ocurrir en casi cualquier parte del mundo, es más común en países tropicales y más calientes. Los países desarrollados en Europa y los Estados Unidos realizan pruebas para regular el contenido de aflatoxinas en los alimentos. La exposición prolongada a estas sustancias es un factor de riesgo principal para el cáncer de hígado. El riesgo aumenta aún más en las personas con infecciones de hepatitis B o C.

Cloruro de vinilo y dióxido de torio (Thorotrast)

La exposición a estos químicos aumenta el riesgo de angiosarcoma del hígado (vea la sección “¿Qué es el cáncer de hígado?”). También aumentan el riesgo de padecer colangiocarcionma y cáncer hepatocelular, pero a un grado mucho menor. El cloruro de vinilo es un químico que se usa en la fabricación de algunos tipos de plástico. El Thorotrast es un químico que se les inyectaba antes a algunos pacientes como parte de ciertas pruebas radiológicas. Cuando se identificaron las propiedades cancerígenas de estos químicos, se tomaron medidas para eliminarlos o para reducir la exposición a éstos. El Thorotrast ya no se usa y la exposición de los trabajadores al cloruro de vinilo está regulada estrictamente.

Esteroides anabólicos

Los esteroides anabólicos son hormonas masculinas que algunos atletas utilizan para aumentar su fuerza y masa muscular. El uso prolongado de los esteroides anabólicos puede aumentar levemente el riesgo de cáncer hepatocelular. Los esteroides parecidos a la cortisona, como la hidrocortisona, la prednisona y la dexametasona, no conllevan este mismo riesgo.

Arsénico

El consumo de agua contaminada naturalmente con arsénico, como la obtenida de algunos pozos, aumenta con el pasar del tiempo el riesgo de algunos tipos de cáncer de hígado. Esto es más común en el este de Asia, aunque también puede ser un asunto de preocupación en algunas áreas de los Estados Unidos.

Factores con efectos inciertos, controversiales o no comprobados en el riesgo de cáncer de hígado

Píldoras anticonceptivas

En pocos casos, las pastillas anticonceptivas pueden causar tumores benignos llamados adenomas hepáticos. Sin embargo, se desconoce si aumentan el riesgo de cáncer hepatocelular. Algunos de los estudios que han analizado este asunto han sugerido que pudiera haber una asociación, aunque la mayoría de los estudios no fueron de alta calidad y evaluaron tipos de pastillas que ya no se usan. Las pastillas anticonceptivas modernas tienen diferentes tipos de estrógeno, diferentes dosis de estrógeno y diferentes combinaciones de estrógenos con otras hormonas. No se conoce si las pastillas nuevas aumentan el riesgo de cáncer de hígado.

El consumo de tabaco

Algunos estudios han encontrado un vínculo entre el hábito de fumar y el cáncer de hígado, aunque esta asociación parece ser mayor entre las personas con hepatitis viral o que beben mucho alcohol.

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